domingo, 4 de enero de 2015

La Celma, de Timote


Cuando se pierde la historia, no se recupera
; se completan los vacíos con mitos y leyendas.


La imagen que se ve arriba corresponde a una foto tomada en febrero de 2014 al casco de la estancia La Celma, de los Iribarren, en Timote. Es de hace meses, nomás, tal como lo registró el blog Geografías
Todo el país recuerda a ese pequeño poblado como aquél en donde encontraron muerto al general (RE) Pedro Eugenio Aramburu el 16 de junio de 1970. Fueron días aciagos aquellos que culminaron en el reconocimiento que realizó el joven oficial de marina retirado Augusto Noel, que pasaba unos días en la vecina estancia El Chajá, de la familia de su esposa Feldtmann Izaguirre.
Pero lo que queda de aquella propiedad en la que se vivieron históricos sucesos es esto:
Timote es una prototípica pequeña localidad rural desatendida por su ciudad cabecera, Carlos Tejedor (que ayer cumplió 110 años) y por la provincia de Buenos Aires, cuyo régimen municipal deja a esta clase de poblaciones al borde de la desaparición.
Pero hace diez años, para su Centenario, está localidad nacida como caserío en torno de un fortín instalado a orillas de la laguna Foromalán, pegó un grito de hartazgo y se puso en funcionamiento para recuperar por sí sola la identidad local, a partir del grupo de Arte Comunitario Timotense que orienta el veterinario Rubén Rodríguez desde su centro ubicado en la vieja estación en desuso. 
Los timotenses acudieron a todo lo que tenían -su gente- y dramatizaron los orígenes de esa localidad. La obra fue luego filmada, para lo cual acudieron a Raúl Rizzo y Juan Palomino, de modo de darle más relieve a la película.

Timote supo de épocas de esplendor en los cuales fue un importante hub ferroviario (alcanzó por entonces los dos mil habitantes) y un polo agropecuario (agrícola, ganadero y tambero), hasta que la inundación de 1980 la puso en el umbral de la producción ictícola, como lo narrara un enviado especial del diario La Nación a Pehuajó a fines de esa década. 
La casa en cuestión, que había sido adquirida en 1980 por la Provincia, sufrió los embates del agua. 
El célebre sótano en donde Aramburu estuvo secuestrado desde el 29 de mayo, fue fusilado y enterrado por los montoneros el 1 de junio de 1970 quedó anegado durante muchos años.
En otro blog, Timote desde el alma, se explica que la casa es de 1910; había sido de una Iribarren casada con un Ramus, y tuvo que pasar de manos. La madre de Carlos Gustavo Ramus -miembro de la célula que también integraron Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja y Norma Arrostito, entre otros- enviudó a los pocos años y tuvo que vender la finca a un operador inmobiliario local, que logró su expropiación por parte del gobierno provincial en 1980.
Desde entonces, con la sola mejora de un mástil en la entrada, la casa se ha ido derrumbando hasta llegar al estado que reflejamos más arriba, a pesar de que La Nación había advertido esta circunstancia en una nota del corresponsal en La Plata, Pablo Morosi, del 3 de junio de 2007.
Mayoritariamente se asegura que el secuestro y asesinato del general Aramburu inició el proceso más violento que vivió la Argentina del siglo XX. Al contrario, hay quienes afirman que el mismo comenzó con los fusilamientos de José León Suárez en 1956. Dejemos ese debate a los historiadores.
Lo que a nosotros nos interesa es que está localidad de 400 habitantes situada 480 km al oeste de la ciudad de Buenos Aires pierde con la casona parte de un patrimonio que comparte con todos los argentinos.
Pero no está dispuesta a resignarse.
Gracias al citado grupo de Arte Comunitario Timotense, que ha teatralizado y filmado episodios de la guerra contra el indio con ocasión del centenario del pueblo, ahora está en pleno el rodaje de La Celma, una película homónima a la propiedad de los Ramus Iribarren. 
Esto demuestra lo que puede hacer la gente cuando sabe lo que quiere y pone lo que hace falta.
Timote está de pie, como cuando le hacía el aguante al malón, y quiere que la Argentina lo sepa.

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